La Casa Mágica de Rem Koolhass
En mayo de 1991, el editor de prensa Jean-François Lemoine -presidente del Grupo Sus Ouest y propietario de algunos de los más importantes periódicos regionales franceses - sufrió un grave accidente de circulación que le dejó tetrapléjico. A partir de ese momento, se vio obligado a utilizar hasta el fin de sus días una silla de ruedas; no obstante, de este incidente pudo obtener algo positivo.
Lemoine tuvo que abandonar su apartamento en Burdeos por no estar adaptado a su silla de ruedas. Así, decidió construirse en medio de un bosque en Floirac, una pequeña población a las afueras de Burdeos, una casa a su medida, pensada para que un discapacitado físico como él pudiera moverse con las mayores comodidades. El encargo recayó en el año 1994 en un arquitecto holandés hasta el momento no muy conocido: Rem Koolhaas.
Koolhas, que seis años más tarde acabaría recibiendo el Pritzker, el premio más importante de arquitectura, recibió el encargo con ilusión y en el año 1998, la casa estaba terminada. Se trataba de una casa única y bella, que terminó siendo reverenciada como una joya por infinidad de arquitectos y diseñadores. La casa, repleta de espacios abiertos, contaba con tres plantas conectadas entre sí mediante un gigantesco montacargas que funciona como columna vertebral de la vivienda.
Hasta ahora, no era posible visitar la casa, ya que continúa siendo la residencia privada de la familia de Lemoine (en concreto de Hélène, su viuda). Por primera vez la Maison Lemoine, el prodigio arquitectónico, abre sus puertas hasta el próximo 29 de enero. Podrá visitarse y disfrutar de un pedazo de Houselife, una vibrante exposición que reúne más de 350 muebles y objetos de diseño expuestos a caballo entre esta particular vivienda y el Museo de Artes Decorativas de Burdeos.
"Aunque parezca mentira esta casa no resultó especialmente cara, en aquel momento Koolhaas no era tan conocido como lo es ahora. Hoy en día sería imposible", admite Hélène Lemoine.
Los fondos de la exposición proceden en su totalidad de la colección de diseño del Centro de Artes Plásticas francés, un organismo púalico que atesora más de 100.000 obras de todos los campos de las artes visuales de los que 9.000 son piezas de diseño. Con todo esto, todo aquel que visite esta casa, tendrá el privilegio de moverse entre dos sedes expositivas que se complementan a la perfección quizás por su radicalidad: de un lado, la minimalista Maison Lemoine y, del otro, la exposición HouseLife.